Existe polémica respecto al tema del uso del velo o no en países musulmanes o arábicos. Al respecto, hay dos posturas: La de quienes llevan velo o aprueban su uso, y la de quienes no lo llevan y piensan que las mujeres no deberían llevarlo.
Las mujeres que desaprueban el uso del “Hiyab” (en idioma árabe significa: esconder, “ocultar a la vista") interpretan que el velo es una expresión de sumisión y una forma de control sobre la movilidad y visibilidad en público de las mujeres, es un tema intolerante más ahora que vivimos en una sociedad que proclama la igualdad del hombre y de la mujer.
Esta regla o imposición del velo se remonta a muchos siglos atrás, a la era de la Arabia preislámica donde las mujeres poseían los mismos derechos que los hombres. Años más tarde la situación fue revirtiéndose a la llegada de Mahoma, ya que la sociedad llegó a convertirse en un absoluto patriarcado, llegando a reducir los derechos de la mujer y en la cual el esposo tenía total poder sobre ella.
El islam trata de equilibrar la situación en la que se encuentra la mujer y establece ciertas garantías para ellas, sin renunciar al marco patriarcal global: un hombre puede tener cuatro o más esposas siempre y cuando pueda mantenerlas y ellas estén de acuerdo, en caso de repudio él tiene que compensarlas. Las mujeres son dueñas de sus propios bienes y negocios sin la intervención del marido.
Las mujeres que aprueban mantener el uso del velo adoptan con estas nuevas disposiciones al velo como signo de dignidad recobrada ya que consideraban que mostrar el cuerpo se relacionaba con la condición de mujer sometida al hombre (esclava o prostituta). Usarlo podía denotar sumisión a Dios. Está inmerso en su religión y cultura.
Para mí es cuestión de la misma identidad de cada una, depende mucho la sociedad, la religión o la cultura en la que vivimos. Uno debería tener la libertad de decidir si usar el velo o simplemente no usarlo, sin necesidad de ser discriminadas u observadas por nuestra sociedad. Lo más importante es hacernos valer como mujeres y sobre todo ser dueñas de nosotras mismas.
Fuentes:
